jueves, 29 de octubre de 2009

Inversión Minera/Invesrión Colonial Horacio Machado


Reflexiones ‘en caliente’ sobre la detención de Urbano…

Inversión minera / inversión colonial
Sobre la vida enferma de ‘desarrollismo’

Horacio Machado Aráoz
Colectivo Sumaj Kausay – ASANOA Catamarca

(Si bien se le otorgó la libertad, nada resta la actitud emprendida, OTROS BICENTENARIOS)

“Los sueños y las pesadillas están hechos de los mismos materiales,
pero esta pesadilla dice ser nuestro único sueño permitido: un modelo de desarrollo que desprecia la vida y adora las cosas…”
(Eduardo Galeano, “Patas Arriba. La escuela del mundo al revés”)


"Desarrollismo": también conocido como 'primermundismo'. Dícese de un tipo particular de ceguera producida por largos siglos de colonialismo y que nos impide ver quiénes somos y de dónde venimos. Genera una forma especialmente grave de incapacidad sensitiva a la destrucción de las fuentes de vida y a la injusticia. Empieza por dejar inmóviles y sin capacidad de reacción a los cuerpos ante los atropellos del poder; luego, se pierden 'los pies sobre la tierra'; la vista y el oído no perciben las expresiones de la Madre Tierra ante las 'luminarias' de las formas-mercancías y los 'cantos de sirena' de la omnipotencia tecnológica, y en la instancia terminal, deja los corazones completamente endurecidos e insensibles... Esta enfermedad se inicia con una creciente e incontrolable adicción a un poderoso tóxico letal, usualmente llamado 'dinero'. Todavía no se ha encontrado un antídoto eficaz contra este peligroso mal que aqueja a una porción creciente de la humanidad, aunque sí ciertas comunidades 'no-científicas' trabajan denodadamente en desarrollar lo que se creen algunos principios activos que parecen tener propiedades curativas: altruísmo y solidaridad; capacidad de escucha, de diálogo y de cuidado; amor fraterno y esperanza en la Vida. Estas comunidades están haciendo llamados urgentes a personas interesadas en sumarse, pues se necesitan muchas manos y muchos cuerpos que no hayan perdido todavía la sensibilidad vital.


Como hemos venido aprendiendo con dolor y desde el dolor, la realidad de las inversiones mineras crea, a decir verdad, un mundo nuevo. No el prometido y ansiado –no por todxs- ‘primer mundo’ al que se supone iba a conducir, con su ‘dinámica’ de creación de empleos, expansión generalizada de los ingresos, grandes obras de infraestructura, etc.; hasta Internet inalámbrico! No, ese ‘mundo prometido’ deberá seguir siendo objeto de espera, si es que aún, por acaso, haya todavía quienes persistan en el cautiverio de tal promesa…

Por el momento, las inversiones mineras crean el mundo nuevo de la realidad invertida del mundo colonial, donde todo está ‘patas arriba’, al decir de Galeano… Esa realidad invertida no deja de producir nuevos hechos que la confirman y que van acostumbrándonos a esa nueva ‘lógica’, lógica rara en la que nada es lo que se nos dice, sino, todo lo contrario, su exacto opuesto. En esa lógica invertida del mundo colonial, re-inaugurado y profundizado en nuestro territorio provincial con el desembarco de la gran minería transnacional, los delincuentes andan ab-sueltos y los ladrones son tratados como ‘grandes señores’; creadores del ‘futuro y la prosperidad’, se dicen…Los jueces y defensores de la ley, son, en verdad, sus violadores… Los pastores llevan su rebaño a la boca del lobo… Los ‘representantes del pueblo’, ni lo conocen ni le escuchan; sólo atienden al mejor postor… La seguridad jurídica es para las empresas y el ‘capital’, aquel en el que tenemos depositadas toda nuestra fe y nuestras esperanzas, para que nos ‘saque de la pobreza’… Cuanto más se combate la pobreza (en nombre del Padre-Capital), más se esquilman las poblaciones y los territorios; el desarrollo profundiza el saqueo… Saqueo de nuestros cuerpos, de nuestras energías vitales y de nuestras posibilidades de vida; saqueo de nuestra Tierra, Madre y fuente de Vida; saqueo de nuestros derechos, los ‘derechos ciudadanos’, que son ahora peligrosos, declamaciones ‘terroristas’ que ponen nervioso al Gran Señor, y que, en lugar de ser respetados, precisan ser reprimidos y criminalizados… Democracia, gobierno del ‘pueblo a través de sus representantes’, sistema de gobierno en cuyo nombre, el pueblo tiene prohibido decidir o siquiera opinar sobre su territorio, su vida cotidiana y la de sus hija/os…

Esa es la realidad invertida del mundo colonial que nos ha legado el ‘primermundismo minero’… Hoy, 29 de octubre de 2009, confirmando su vigencia, una persona de 70 años, don Urbano Cardozo, fue arrestado, por intentar impedir el paso de grandes camiones de Minera Alumbrera, camiones que furtivamente transportaban concentrado de mineral, derramado ante una nueva rotura y derrame ocultado (y cuántos van?) del trágicamente célebre mineraloducto… La Policía Minera, por cierto, lejos de inspeccionar y controlar a los infractores, se pone presta a su servicio para ocultar y ‘disimular’ las ‘fallas’, minimizar peligros y acusar, en cambio, de ignorantes y tremendistas a quienes, obstinándose en su negativa a habitar el mundo del revés, reclaman el respeto de sus derechos… Las instituciones del mundo invertido se activan: la Fiscal de Instrucción con asiento en Andalgalá, Marta Nieva llamada ella, dicta orden de liberar el paso, por la única razón de la fuerza; dicta también la detención de los ‘desacatados’, y don Urbano, ‘marcha preso’… “Me manifiesto en reclamo de la vigencia del artículo 41 de nuestra Constitución…” dice don Urbano, pero los policías que lo llevan a la fuerza ni le oyen ni le entienden… Acaso apenas se preguntan, “qué dirá ese artículo?”…

“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales…” Eso reza el artículo tan mentado por don Urbano… Linda letra, para ser ‘letra muerta’… Demasiado exigente para nuestra realidad colonial…

Y don Urbano sigue preso por hacer lo que la Constitución manda… Sus compañeras y compañeros de militancia están afuera de la Comisaría de Andalgalá, exigiendo ahora su liberación… Atropellos sobre atropellos; impunidad histórica… Esas son las tonalidades que pintan el paisaje del escenario colonial…

La detención de Urbano, apenas se cuela entre las ‘noticias’ de las radios… Sus locutores y productores, preocupados por no alterar la susceptibilidad de sus ‘anunciantes’, pasan entre rápidos e incómodos la ‘noticia’… Tratan de disimularla y de camuflarla entre otras aparentemente menos ‘urticantes’… Sin embargo, nada es lo que parece en este mundo del revés y todo ‘lo que pasa’, cualquier cosa, da cuenta del estado colonial y sus efectos: una nueva víctima de suicidio que engrosa las alarmantes tasas provinciales; educadores, trabajadores de la salud y empleada/os públicos reclamando por sus salarios atrasados al ‘costo de la vida’; obreros de la construcción, trabajadores en la ‘obra del siglo/ circo’ (el caprichoso ‘estadio de fútbol del gobernador), paralizados y en protesta por falta de pagos; las calles de Andalgalá, capital de la minería, ‘minadas’ y a zanja abierta, por obras que van quedando a medias –la plata se fue volando… Intendentes oficialistas y opositores trenzados en discusiones leguleyas por la malversación de fondos de las ‘regalías’; el Tribunal de Cuentas, emitiendo dictámenes inocuos que certifican los despilfarros…

Con los primeros días de calor del nuevo verano, vuelven los cortes de agua y de luz por todos lados. La falta de agua y de luz, se hace, de nuevo, ‘noticia cotidiana’, acostumbrando los sentidos, curtiendo los cuerpos, al nuevo ambiente del mundo invertido: vecinos de los barrios, desearían tener la disponibilidad de agua de la que goza la Minera; la tensión de la luz no alcanza a ‘hacer andar’ las heladeras; de los equipos de aire, ni qué hablar (menos mal, dirá alguno, con los costos de la tarifa!)… Ojalá tuviéramos energía sin cortes y tasas subsidiadas como las que tiene la Minera…

Así transcurre la vida en la realidad de las inversiones mineras; vidas al revés, vividas y sacrificadas por otros y para otros… Obnubiladas todavía ellas, sólo algunas, no todas, por el espejismo engañero del ‘primermundismo’, enfermedad dura de diagnosticar y de tratar, resistente como pocas, endurecida por más de cinco largos siglos de persistencia…

Sin embargo, a no dejarse negar por su engaño, su prepotencia de hoy, su recurrencia cada vez más frecuente al brazo armado de la ley, es paradójicamente signo sintomático del debilitamiento de la eficacia práctica de su engaño… Como Urbano, y como tanta/os otra/os hay cada vez más rebeldes alzados en digna rabia contra la ‘lógica’ del mundo invertido… Dolor, bronca, indignación, benditos sentimientos que alimentan las acciones proféticas del presente, anunciadoras de un ‘OTRO MUNDO’… Un Otro Mundo tan posible como necesario…

martes, 20 de octubre de 2009

El asesinato de Javier Chocobar


Página 12. Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/sociedad/3-133771-2009-10-20.html
Sociedad|Martes, 20 de octubre de 2009
Opinión.
Por N. Giarracca*

El 12 de octubre, día en que se recuerda el “hecho colonial” de consecuencias más dramáticas en la historia de la humanidad –surgimiento del concepto de “raza”, genocidios en su nombre y saqueos de territorios–, Tucumán decidió recordarlo con el asesinato de un comunero indígena: Javier Chocobar. Un diaguita de Los Chuschagasta en el norte tucumano fue asesinado mientras otras cuatro personas de la comunidad fueron heridas, incluyendo un niño. Los comuneros defendían sus territorios amenazados –como en muchas otras provincias– por terratenientes, nuevos inversores sojeros o por la especulación inmobiliaria. Un terrateniente y sus “guardias blancas” armados –novedoso fenómeno del neoliberalismo en el país– abrieron fuego contra poblaciones cuyas únicas armas son legislaciones nacionales e internacionales que avalan la propiedad comunal.

El martes 13, el principal diario de Tucumán, en la sección Policiales, menciona el hecho de esta forma: “Un hombre murió y al menos otros cuatro resultaron heridos anoche tras una violenta disputa suscitada en Chuscha, al norte de la provincia”. En tanto, los sitios de Internet definían el hecho como “una batahola entre bandas” o “peleas territoriales”.

Es muy importante estar informados de que en la Argentina todos los días los pobladores corren serios riesgos por defender los bienes naturales comunes de la devastación infligida por el neoliberalismo disfrazado de “desarrollismo productivo”. Actividades extractivas como el agronegocio y la minería o especulativas como el negocio inmobiliario amenazan bosques, montes, aguas, glaciares y derechos de poblaciones que aprendieron a defenderse con las legislaciones.

En noviembre de 2006 fue aprobada por el Congreso de la Nación la Ley de Emergencia de la Propiedad Comunitaria (26.160), en la que se da un marco de protección a las comunidades frente a los desalojos de sus tierras e incluso suspende procesos judiciales en marcha. No obstante, esta comunidad de Los Chuschagasta es blanco de acosos y amenazas para expulsar a los comuneros de sus tierras ancestrales. Es decir, se violan tratados internacionales y leyes nacionales con el beneplácito de los gobiernos provinciales. Por estas razones fue asesinado un comunero.

Se oyeron las voces de alerta de Anmistía Internacional y de nuestro Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, pero debemos lograr oír muchas más voces, debemos escuchar gritos de todo un país que alguna vez prometió a las nuevas generaciones un “Nunca más”. La muerte de Javier Chocobar no puede pasar inadvertida en la gran ciudad, donde está el corazón del poder político. No pasaron inadvertidas las muertes del maestro Carlos Fuentealba, de aquellos jóvenes luchadores del Puente Pueyrredón o de aquellos cuyos gritos de dolor venían del Norte rebelde en los tiempos de los cortes de ruta en Mosconi y Tartagal. ¿Acaso la muerte de un diaguita en manos de “guardias blancas” que rememoran a las peores épocas de América latina puede pasar inadvertida o reducirse a las secciones policiales de los medios? ¿El asesinato de un comunero indígena perpetuado por hombres del poder económico no nos llena de horror? ¿A qué “mordaza” se referían los periodistas de televisión durante las últimas semanas? ¿Quién los amordaza para no tratar este asesinato, para que no quede oculto en los bosques tucumanos?

Si quedara oculto, como un hecho policial, ya estaríamos transitando ese peligroso sendero que comienza con la “naturalización” de las muertes y los asesinatos de los que resisten y todos sabemos hacia dónde nos puede conducir. Por eso es necesario que todos expresemos el más enérgico repudio a este asesinato y exijamos justicia, el respeto a los tratados internacionales, la puesta en real vigencia de la Ley de Emergencia de Propiedad Comunal y toda la legislación que protege los territorios y sus poblaciones así como el desarme de grupos policíacos privados en todo el país.

* Socióloga. Titular de Sociología Rural, Facultad de Ciencias Sociales.